Pregunta
3: Ayer describiste un local/edificio situado en el pueblo de
Highdell. Un local que considerarse importante por alguna razón,
bien para el pueblo, bien para los aventureros que se pasan por el
mismo con el objetivo de conseguir algo. Sin embargo, ese
local/edificio adicional que hace que sea notable. Y es que de vez en
cuando se pasea, va o le pertenece a un personaje por todos conocido.
O no. ¿Quién es dicho personaje?
La
taberna de Red Octopus suele tener muchos personajes curiosos, por
algo es visitada por muchos magos y evidentemente por la numerosa
familia Hairnon que la regenta.
Los
aventureros que acuden a ella en busca de la tinta o simplemente una
buena comida pueden ver a la vieja Sarah Hairnon, más conocida como
la Abuela, en su silla de ruedas, o a alguno de sus hijos o nietos de
un lado a otro. Pocas veces ven al patriarca de la casa, Owen, ya que
apenas sale de su sótano donde trabaja y si lo hace intenta que sea
por poco tiempo, o solo cuando la taberna esta ya libre de clientela.
Pero
si algo llama la atención de los clientes asiduos es un gran gato,
casi del tamaño de un perro mediano, su pelaje es en parte naranja
atigrado y en parte blanco. Sus ojos de amarillo ámbar siempre
curiosos parecen vigilar a la gente que acude a la taberna.
Que
un gato ronde un sitio de comida, evidentemente no es raro, pero si
lo es cuando la Abuela cuenta a los clientes como llego, pues su
destino esta ligado al de su querida nieta April, o eso dice ella, y
le gusta contarlo con orgullo mientras le da de comer al animal unos
berberechos, que el gato suele devorar con rapidez.
Ralph,
que es como llaman al gato, llego hace unos 8 años, el día en que
April nació. Nadie sabe de donde salió, pues no era de los gatos
que van y vienen por la taberna. Llegó por la mañana, un bonito día
de primavera y se sentó en el porche, no maullaba, ni pedía comida,
ni intentó entrar en la casa. Solo permaneció mirando hacia el
horizonte con los ojos fijos en algo que solo parecía ver él, fijos
en el bonito cielo azul que reinaba, algo que nada hacia presagiar la
noche que paso el pueblo de Highdell.
En
cuanto cayo la noche, una tormenta de viento, rayos y
truenos, la mas grande que ha visto el pueblo en cientos de años,
cayó sobre él. Algunas casas, cercanas a la taberna ardieron a
causa del impacto de los rayos y el vendaval arranco arboles, puertas
y casi todo lo que encontraba a su a paso. Mientras dentro de la
taberna, la familia trataba de reforzar puertas y ventanas, todos
menos la Abuela, su hermana ya fallecida y su hija, Dorothy, que
estaba de parto. Un parto difícil y prematuro, pero que al finalizar
la tormenta, dio a luz a una preciosa niña pelirroja.
Cuando
amaino la tormenta y ya con calma, mientras examinaban los
desperfectos sufridos, la Abuela pudo ver a ese enorme gato atigrado,
estaba tumbado en el alféizar de la ventana de la habitación de su hija Dorothy,
tenia mal aspecto, algunas heridas en el lomo, cojeaba de una pata
delantera e incluso le faltaba un trocito de oreja. Aunque estaba
tranquilo y parecía sonreír al mirar al interior de la habitación.
La taberna apenas sufrió ningún daño, cosa que no pudieron decir
sus casas vecinas, alguna presa del fuego.
Han
pasado casi ocho años, aunque Ralph parece no envejecer, durante los
cuales el gato no se ha separado de la taberna, ni de la pequeña
April, a la única junto con la Abuela, a la que deja que lo toquen.
Se limita a rondar por la taberna, siempre observa a quien llega y
algunos días mira al horizonte, eriza el lomo y bufa a las nubes,
“se avecina tormenta” dice la Abuela cuando lo ve.
P.D:
más de uno se habrá dado cuenta que esto es un homenaje a Neil
Gaiman. Sino lo sabéis y os pica la curiosidad, tenéis más
información aquí:
https://buffetcritico.wordpress.com/2015/11/01/a-la-vispera-de-halloween-dos-cuentos-cortos-criaturas-de-la-noche-de-neil-gaiman-y-michael-zulli/
Y
también lo es para un gato que vive en un albergue de animales al
que acudo de voluntario, Asoka el Grande. El gato se llama Raul y
siempre esta allí, durmiendo y mirando quien va y viene. Y por
supuesto, de vez en cuando, pidiendo mimos, como buen gato que es.
El Raul original, mas bonico que ná. :-)
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